El pasado 23 de febrero el bombardero B-2 Spirit bautizado como Spirit of Kansas se estrellaba al despegar de la Base de la Fuerza Aérea Andersen en Guam, aunque efortunadamente los dos tripulantes consiguieron eyectarse del avión sin problemas (a partir del minuto 1:42 en este vídeo)
La Fuerza Aérea ha valorado la pérdida de este aparato en unos 1.400 millones de dólares, aunque otros cálculos hablan más bien de unos 2.100 millones si se tienen en cuenta los gastos de desarrollo, mantenimiento y repuestos, y además le costó el tener los 20 B-2 restantes parados durante algo más de un mes y medio hasta que decidieron que era seguro dejarles volar de nuevo.
Esta misma semana, según se puede leer en Air Force: Moisture caused $1.4 billion bomber crash, se hacía público que el accidente fue causado por humedad acumulada en tres de los sensores que pasan información al sistema de control electrónico del vuelo (fly-by-wire).
Esta humedad que hizo que la calibración de los sensores previa al vuelo fuera errónea, lo que provocó que registraran valores equivocados que hicieron creer al sistema que el avión se desplazaba más rápido de lo que lo estaba haciendo y con una actitud de morro hacia abajo de unos 30 grados.
Esto hizo que el sistema ordenara al avión levantarse demasiado pronto en su carrera de despegue y en un ángulo demasiado pronunciado, como se aprecia perfectamente en el vídeo.
Es de suponer que los dos tripulantes intentaron corregir esto, pero en esas condiciones de velocidad y altura el avión era prácticamente irrecuperable, y una vez que el ala izquierda del avión tocó el suelo no les quedó más remedio que saltar.
Lo peor es que según se ha podido averiguar durante el análisis del accidente algunos de los técnicos de mantenimiento y pilotos de la flota de B-2 conocían el efecto que puede tener la presencia de humedad en los sensores durante su calibración y que basta con calentarlos antes de llevarla a cabo para evitar problemas, pero por algún motivo esta información no se había incorporado a los manuales de procedimientos del avión ni se había diseminado correctamente entre los miembros de la flota, lo que demuestra una vez más lo válido que es aquello de que «lo que no sabes puede matarte».
(El NOTAM con la información vino Surcando los cielos.)
Actualización: Luciano nos pasó un enlace a otro vídeo filmado desde tierra en el que se aprecia mejor el extraño que hace el B-2 antes de estrellarse, AFD-080605-046 [MPEG1 27,4 MB].
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