Se cumplen 50 años del accidente del vuelo 118 de Aviaco que enlazaba los aeropuertos de Madrid y A Coruña en el que murieron las 85 personas que iban a bordo y otra persona más en tierra sobre la que cayeron los restos del avión.
El vuelo había despegado a las 9:30 de Madrid pero aunque el tiempo en ruta era perfecto al aproximarse al aeropuerto de destino la tripulación fue informada de que estaba cubierto por la niebla y bajo mínimos. Aún así a las 10:24 el comandante decidió que iba a intentar una aproximación hasta llegar a los mínimos para hacerse una idea de cómo estaba la meteorología y que luego haría esperas.
A las 10:35 el comandante decidió intentar otra aproximación después de que desde la torre le indicaran que las condiciones habían mejorado ligeramente. Pero tampoco pudieron aterrizar. A las 11:23, ante otra ligera mejora, el comandante decidió iniciar un nuevo intento, aunque a las 11:32 tuvo que abandonarlo.
Aunque a las 11:38 inició un tercer intento de aterrizaje y a las 11:39 comunicó que estaban sobre el VOR a 12 kilómetros de la cabecera de la pista a lo que el controlador le respondió que le informaría en cuanto tuviera el avión a la vista. A las 11:40 el comandante respondió que de acuerdo. Y esa sería la última comunicación recibida del vuelo; a las 11:46 la torre recibió la noticia de que el vuelo se había estrellado.
Según se puede leer en el informe de la OACI (Organización de Aviación Civil Internacional) la causa del accidente fue que en esa última aproximación el avión iba demasiado bajo y chocó con unos eucaliptos del hoy conocido como Bosque dos veciños en lo alto de Montrove, al otro lado de la Ría del Burgo respecto al aeropuerto. Tiró tres y dañó 23. Los golpeó primero con el estabilizador derecho, que quedó entre ellos, y luego con el fuselaje. El avión cayó luego en vuelo invertido sobre el Pazo do río, una edificación situada a unos 700 metros del bosque y ligeramente a la derecha de la senda de planeo.
Extraño empeño en aterrizar
El avión siniestrado fue el Sud Aviation SE-210 Caravelle 10R matriculado EC-BIC – Udo K. Haafke GFDL 1.2
Por supuesto el accidente se atribuyó a un error del piloto, aunque nunca llegó a quedar claro del todo si las cartas de aproximación incluían la altura de los árboles en la altura mínima que indicaban.
En aquel momento el accidente del vuelo 118 de Aviaco fue el cuarto con más víctimas en ha historia de la aviación en España. Pero lo que lo puso aparte de otros accidentes fue el empeño del comandante en aterrizar en A Coruña haciendo más de una hora de esperas cuando las condiciones en el aeropuerto de Santiago de Compostela, a pocos minutos de vuelo, eran perfectas para el aterrizaje.
Durante mucho tiempo se dijo que era porque estaba su mujer esperándolo en el aeropuerto de A Coruña, aunque parece que al final eso no era cierto. Quizás tuvo mucho más que ver que en aquella época las aerolíneas incentivaban a sus pilotos para aterrizar sí o sí en el aeropuerto de destino, algo que dejó de hacerse desde ese accidente.
(Algunos datos vía Francisco Cuhna; gracias por el recordatorio, Longui).