Escena del accidente – Comité para situaciones de emergencia de Kazajistán
El Fokker 100 con matrícula UP-F1007 de la aerolínea Bek Air que cubría el vuelo 2100 entre Almatý y Nur Sultán, la ciudad conocida hasta la primeravera de 2019 como Astaná, se estrellaba esta mañana poco después de despegar al perder altura y colisionar con un edificio de dos plantas.
A bordo iban 96 pasajeros y cinco tripulantes. Según la información disponible en estos momentos ha habido quince muertos, catorce de ellos in situ y uno más en el hospital. Hay también 50 personas hospitalizadas, doce de ellas en estado grave. 16 más recibieron atención médica ambulatoria. Afortunadamente el avión no se incendió al estrellarse, lo que sin duda ha contribuido a que el número de fallecidos sea relativamente reducido. Aunque habrá que esperar, por supuesto, a ver cómo evolucionan las personas heridas.
Escena del accidente – Comité para situaciones de emergencia de Kazajistán
El avión involucrado en el accidente, construido en 1996, había operado para otras aerolíneas como Contactair y OLT Express antes de ser entregado a Bek Air el 13 de julio de 2013. El Ministerio de Industria e Infraestructuras de Kazajistán ha suspendido todos los vuelos de este tipo de aviones hasta que se esclarezcan las causas del accidente, aunque la reacción quizás sea un poco exagerada. Desde el primer vuelo del modelo en 1986 sólo ha habido 16 accidentes en los que el avión resultara destruido entre los 283 ejemplares fabricados y en sólo cinco de ellos ha habido víctimas.
En cualquier caso, y como siempre decimos en las primeras horas tras un accidente, habrá que esperar a esclarecer las causas para llegar a ningún tipo de conclusión.