Dentro de Fueras de serie: por qué unas personas tienen éxito y otras no de Malcolm Gladwell (en inglés, Outliers) se dedica un capítulo completo a los accidentes aéreos y cómo ciertos factores culturales ha sido determinantes para que a veces se produzcan, y cómo conocerlos puede prevenirlos. Este capítulo me pareció tan apasionante que sólo por esas páginas merecería la pena comprar el libro entero.
El autor analiza algunos accidentes en los que el factor cultural de la nacionalidad de los pilotos se considera parte de las causas del accidente. El concepto puede sonar un poco chocante e incluso políticamente incorrecto, pero así es como lo define.
En sus páginas describe cómo existe algo que los psicólogos llaman índice de distancia al poder (IDP) o «actitud ante la jerarquía», que es muy diferente en unos países y otros. En algunos prima el individualismo, en otros se ve con malos ojos llevar la contraria a los superiores. Poco se puede hacer para cambiar esto, pues es algo subyacente a las culturas de cada país y sus habitantes.
Las diferencias de IDPs hacen que en situaciones de emergencia en la que varias personas deben colaborar a veces no se transmitan órdenes con la «urgencia» o «ímpetu» debidos. Hay ejemplos entre tripulantes de una aeronave o entre tripulantes y controladores aéreos. Un piloto colombiano o coreano que se aproxima al aeropuerto JFK de Nueva York puede verse intimidado por los controladores aéreos norteamericanos (considerados además los más ariscos del mundo); un copiloto brasileño puede «plegarse» ante la actitud del piloto aunque esté llevando a la aeronave a un destino incierto, cosa que rara vez sucederá con un neozelandés o un irlandés.
Varios ejemplos concretos corroboran esta historia, incluyendo los análisis por parte de psicólogos de las últimas conversaciones en las cajas negras tras algunos accidentes. Entre los citados están el accidente del vuelo 801 de Korean Air y el vuelo 052 de Avianca.
Más impresionante aún me pareció que una vez admitido y conocido este factor se considerara incluirlo como parte de los entrenamientos y de los protocolos de actuación, en la forma de obligación de «ir subiendo el tono» en cuanto a la forma de realizar las peticiones, dar respuestas u órdenes para que éstas sean entendidas y atendidas con la urgencia requerida. De esa y otras formas sutiles (como por ejemplo utilizando el inglés internacional para «deslocalizar» culturalmente a pilotos y controladores, aunque sean del mismo país) se intenta compensar un factor psicológico procedente de la cultura de origen que puede resultar peligroso en algunas ocasiones.