Con 92 metros de longitud, 43,5 de envergadura, una altura de 26 y un volumen de 38.000 metros cúbicos, el Airlander 10 es la aeronave híbrida más grande del mundo. Tiene una capacidad de carga de 10 toneladas, una velocidad de crucero de entre 100 y 150 kilómetros por hora, y un techo de servicio de unos 6000 metros. Puede permanecer en vuelo cinco días si va tripulado y hasta dos semanas si es operado en remoto.
Hybrid Air vehicles, que es quien lo está desarrollando después de que el ejército de los Estados Unidos decidiera cancelar el proyecto por falta de fondos, lo ve como una excelente plataforma de transporte, en especial a lugares remotos o de difícil acceso por tierra; de comunicaciones; y de estudios desde el aire una vez dotado de los sensores pertinentes.
Lo mejor de los dirigibles, pero en una aeronave más segura y moderna.
Al Airlander 10 comenzó sus vuelos de prueba en agosto de 2016, aunque sufrió daños en un «aporrizaje» que lo mantuvieron en el hangar hasta mayo de 2017.
Ahora, tras varios vuelos de prueba más, HAV ha recibido permiso de la Agencia Europea de Seguridad Aérea para volar en un rango más amplio de condiciones. El permiso, conocido como La Airworthiness Release 2a les permite volar más alto –hasta 7000 pies, algo más de 2.000 metros–, más rápido –hasta 50 nudos, unos 90 kilómetros por hora– y más lejos de su base –hasta 75 millas náuticas de distancia, unos 140 kilómetros–.
Pero, sobre todo, les permite realizar actividades de demostración y exhibición. Y sí, todos los chistes sobre culos voladores están ya hechos.
La empresa tiene también en proyecto el Airlander 50, el hermano mayor del 10, con una capacidad de carga de 50 toneladas, aunque aún no hay fechas firmes para su desarrollo.
Hybrid Air vehicles está en Twitter como @AirVehicles.