A menudo cuando hablo de aeropuertos con la gente surge el comentario de lo corta que es la pista del Aeropuerto de Alvedro, mi aeropuerto base.
Con 1930 metros –aunque se está ampliando en 500 más– es cierto que es una de las más cortas de los aeropuertos españoles; de hecho es la segunda más corta de los aeropuertos que están en la península tras la del aeropuerto de San Sebastián.
Pero yo siempre digo que en realidad sobra mucha pista para aterrizar, incluso aunque no se usen las reversas de los motores, el mecanismo que redirige los gases de escape hacia adelante, y aunque la pista esté mojada.
De hecho las condiciones de frenada de los aviones se calculan asumiendo que no se usan las reversas y que la pista está mojada para asegurarse de que se puede aterrizar de forma segura, ya sea en Alvedro o en cualquier otro aeropuerto.
Pero a partir de ahora me remitiré a este vídeo de un Airbus A350 aterrizando en el aeropuerto de Cotswold en el Reino Unido, que tiene una pista de 2009 metros.
Le sobran las dos terceras partes, ya que frena en 491 metros, y es cierto que va sin pasajeros y probablemente muy ligero de combustible, aunque no por ello es menos impresionante.
(Vía @CotswoldAirport).