Los coches voladores siguen en ese estado larval en el que también se debaten los jetpacks y las cenas en pastillas. Pero en este caso al menos en vez de un triste videomontaje en 3D tenemos un prototipo funcional muy bonito y resultón: el Aeromobil 3.0.
Eso sí, el fabricante utiliza la odiosa y recurrente frase de «ya está casi, casi a punto de estar terminado» porque todavía es un producto final «comprable». Al menos se puede conducir, vuela y pliega y despliega sus alas grácilmente.
Al menos este biplaza está certificado como ultraligero y se conocen bastantes especificaciones: 200 km/h de velocidad máxima, 700 km de autonomía y 15 litros por hora de consumo de combustible. Porque sí: a día de hoy sigue siendo más eficiente quemar combustibles fósiles para conseguir la potencia necesaria que desarrollar este tipo de vehículos con motores y baterías eléctricas – tanto por potencia como por peso.