Por @Wicho — 19 de Julio de 2021

Trasteando por YouTube me he encontrado con The Strangest Aircraft Ever Built: The Soviet Union's VVA-14N, un vídeo dedicado al Bartini Beriev VVA-14, un extraño híbridido de avión y ekranoplano. Contiene algunas de las mejores imágenes que he visto jamás de este extraño aparato, aunque sean modelos en 3D. El VVA-14 estaba diseñado para aprovechar el efecto suelo, como un ekranoplano, y volar a pocos metros del suelo, o más bien del mar. Pero a la vez estaba dotado de unas alas de 30 metros de envergadura que le habrían permitido alcanzar una altitud de unos 10 kilómetros o 33.000 pies.

El diseño surgió de la necesidad de la Unión Soviética de poder patrullar sus aproximadamente 70.000 kilómetros de costa ante la amenaza de los submarinos lanzamisiles estadounidenses. La idea de Robert Bartini fue desarrollar una aeronave capaz de usar el efecto suelo para llevar grandes cargas a gran velocidad a grandes distancias. Pero a la vez dotarla de la capacidad de despegue y aterrizaje vertical (VTOL) que le permitiría operar desde cualquier superficie, ya fuera sólida o acuática.

El efecto suelo es ese que, cuando un avión está a punto de aterrizar, parece tender a mantenerlo a unos metros del suelo a causa del aire que queda «atrapado» entre las alas y él. Grosso modo es como si se formara un colchón de aire debajo de las alas que tiende a mantenerlo flotando. Es el principio que usan los ekranoplanos diseñados por Rostislav Alexeyev como por ejemplo El Monstruo del Mar Caspio. El VVA-14 iba a ser capaz de volar a unos 760 kilómetros por hora a 8 metros de la superficie del mar con una tripulación de tres personas y una serie de sistemas de navegación y tiro y detección de submarinos que les permitirían usar las dos toneladas de armamento que irían a bordo entre torpedos, minas, y cargas de profundidad.

Pero además Bartini incluyó en el diseño doce reactores colocados en posición vertical que le permitirían despegar y aterrizar en cualquier sitio; para ello llevaba también un tren de aterrizaje convencional así como dos flotadores hinchables para poderse posar sobre el agua.

Se construyó un primer prototipo para pruebas aerodinámicas denominado VVA-14M1, que voló por primera vez el 4 de septiembre de 1972. Iba pintado con la librea de Aeroflot, la aerolínea soviética, para despistar. Las pruebas resultaron muy prometedoras.

Algunas imágenes del VVA-14M1
Algunas imágenes del VVA-14M1

El VVA-14M1 no incluía los motores VTOL; la idea era construir luego el VVA-14M2, que además de dos motores a ambos lados del fuselaje para ayudar con el arranque y la creación del efecto suelo, tenía que montar los doce motores para el despegue y aterrizaje vertical. Y después la versión VVA-14M3, que ya incorporaría el armamento y el equipo de detección antisubmarina.

Pero como los motores VTOL no terminaban de llegar mientras se construyó una versión intermedia denominada VVA-14M1P que incorporaba los dos motores laterales y unos flotadores rígidos ante los problemas que habían dado los flotadores hinchables.

Esa fue la última versión construida del VVA-14: la muerte de Bartini a finales de 1974 hizo que el proyecto fuera cancelado y que las autoridades soviéticas pasaran a apostar por un avión antisubmarino convencional como el Beriev A-40. Hoy en día los restos del VVA-14M1P languidecen –sin alas ni motores– en un estado lamentable en el Museo Central de la Fuerza Aérea de Rusia en Mónino, a las afueras de Moscú.

Lo que queda del VVA-14M1P – Jno
Lo que queda del VVA-14M1P – Jno CC BY 2.5

Aunque de haber recibido los motores VTOL a tiempo y demostrado así la validez del concepto no cabe sino preguntarse si Bartini hubiera sido capaz de sacar adelante su proyecto de un portaaviones basado en el efecto suelo y 5.000 toneladas de peso con la capacidad de transportar 25 aviones de combate a cientos de kilómetros por hora.

Para quienes seáis de la rama del modelismo hay una maqueta a 1:72 del VVA-14 de Modelsvit, pero anda bastante descatalogada.

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