Por @Wicho — 17 de abril de 2013

787 de ANA

Ya se han cumplido tres meses desde que el incendio de dos baterías de iones de litio en otros tantos Boeing 787 de Japan Airlines y ANA llevaran a la Administración Federal de Aviación a retirarle el permiso de vuelo al modelo, decisión que siguieron en cascada las autoridades competentes del resto del mundo.

Con esto los 48 Dreamliners entregados y en servicio -uno de ellos con un sólo vuelo como el de LOT que está en Boston- llevan desde entonces sin ganar dinero para sus compañías, y Boeing, que decidió no frenar el ritmo de producción de nuevos 787, se encuentra con que no puede entregarlos y con cuantiosas reclamaciones económicas por parte de las aerolíneas que no los están pudiendo usar ni recibir.

Por ello está muy pendiente de que la FAA autorice la vuelta al servicio de los 787 una vez que se implementen en todos ellos las modificaciones propuestas por Boeing, que consisten en el rediseño de las baterías en cuestión con la esperanza de que no se vuelvan a incendiar, aunque nadie puede asegurarlo, ya que el origen de los incendios no ha podido ser determinado, y en nuevos equipos de contención y evacuación de humos por si se produjera un nuevo incendio.

Una de las baterías modificadas
Una de las baterías modificadas

Este rediseño ha sido probado mediante ensayos de laboratorio y varios vuelos de prueba que acabaron sin nuevas pistas y cuyos resultados están siendo analizados por la FAA, que no ha querido comprometerse en una fecha para dar una respuesta.

Claro que mientras tanto la NTSB está realizado un simposio sobre el uso y transporte de baterías de litio en el que Janet McLaughlin de la FAA ha reconocido que las estimaciones que manejan indican que estas pueden provocar un accidente de avión cada dos años: A Crash Every Two Years, Who Is Worried About That?

Lo curioso es que aunque la Junta Nacional de Seguridad del Transporte es la encargada de investigar los accidentes automovilísticos, de aviación, y marinos en los Estados Unidos no tiene autoridad para ordenarle a la FAA lo que debe hacer.

Y Boeing está tan convencida de lo de usar baterías de iones de litio en el 787 que ni se ha planteado poner en marcha un plan b por si no recibe la autorización de la FAA para usarlas, aunque la verdad es que parece poco probable que esto suceda.

Claro que mientras tanto, a este lado del charco, Airbus ya ha anunciado que no usará este tipo de baterías en su nuevo A350, cuyo primer vuelo está previsto para este verano, al menos no mientras no quede aclarado el origen de estos problemas.

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