Por Luis Calvo. Foto Boeing. «El primer vuelo del 787 Dreamliner se prevé para finales de 2009 y espera realizar la primera entrega durante el cuarto trimestre de 2010». Así comienza la nota de prensa que ha hecho pública Boeing que en realidad poco aporta a lo que todo el mundo daba por seguro desde que se anunció el último retraso tras el salón de Le Bourget.
Jim McNerney, consejero delegado y presidente de Boeing señaló: «Este nuevo calendario nos proporciona el tiempo necesario para completar los trabajos pendientes que nos permitan poner en manos de nuestros clientes la capacidad revolucionaria del 787. Los detalles de diseño y plan de implementación están casi listos y el equipo está preparando los aviones para modificación y pruebas».
Pero en la nota de prensa también se indica que los primeros aviones no se encuentran en condiciones de ser entregados a aerolíneas: «De acuerdo al calendario revisado y otras actualizaciones previstas, la compañía ha determinado que el programa 787 no está en posición de registrar ulteriores pérdidas. Sin embargo, independientemente de la valoración actualizada de rentabilidad del programa, la compañía ha concluido que los primeros aviones de vuelos de pruebas carecen de valor comercial en el mercado -más allá del esfuerzo de desarrollo debido a la gran cantidad de trabajo de revisión y modificaciones únicas realizadas a esas aeronaves. Por tanto, los costes registrados con anterioridad para los primeros tres aviones de vuelos de pruebas se reclasificarán, pasando del inventario del programa a gastos de investigación y desarrollo. Esta reclasificación generará un cargo no monetario estimado en 2.500 millones de dólares brutos, o 2,21 dólares por acción, que se restará de los resultados del tercer trimestre. Este cargo no tendrá impacto en las previsiones de caja de la compañía».
El «nuevo calendario» incluye tiempo para completar los detalles de la reparación de las zonas dañadas en la unión del ala y fuselaje: «El equipo del 787 que lleva a cabo los trabajos de refuerzo ha finalizado las pruebas iniciales y está ultimando los detalles del diseño de los nuevos componentes que se espera aseguren la plena integridad estructural de esa unión. Se repetirá la prueba estática que desveló el problema y los resultados se analizarán en su totalidad antes de realizar el primer vuelo. Además, se realizarán pruebas de fatiga sobre los componentes del larguero para validar la durabilidad a largo plazo de la modificación. Se han preparado el primer avión de pruebas 787 y la unidad de pruebas estáticas para los nuevos componentes. Se prevé que la instalación comience dentro de unas semanas»
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