Por @Wicho — 30 de septiembre de 2017

Partido en dos

Los F-18 de la marina de los Estados Unidos están acercándose a las 6.000 horas de vuelo, que es la vida útil para la que fueron diseñados. Así que está en marcha un programa de mantenimiento y actualización con la idea de mantenerlos en servicio al menos otras 3.000 horas.

Pero este programa está diseñado en base a asunciones acerca del desgaste de aquellas partes del avión que no se vuelven a ver y a las que ya no hay acceso una vez que ha sido emsamblado.

Así que Boeing va a desmontar dos de ellos –el que tiene más despegues y aterrizajes en portaaviones y el que tiene más aterrizajes totales– para ver si los modelos se corresponden con la realidad. Lo que no es un proceso trivial porque se supone que una vez que has montado el avión éste debe permanecer así hasta que lo desguazas, y en este caso hay que desmontarlos con con cuidado para no dañar nada de lo que se quiere estudiar.

Boeing estudiará la parte frontal del fuselaje y las alas; Northrop Grumman se encargará de la parte posterior del avión.

Para Boeing

Para Northrop Grumman

Y lo que aprendan podrá ser aplicado no sólo a los F-18 de la Navy sino que ayudará a refinar modelos que se aplican en otros aviones.

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