Por @Wicho — 17 de diciembre de 2019

Aunque ya había reducido el ritmo de producción de la planta de Renton de 52 a 42 unidades mensuales Boeing se enfrenta al hecho de que, simplemente, ya no tiene donde meter los Boeing 737 MAX que van saliendo de la planta; acumula unos 400 que no ha podido entregar desde que las autoridades de aviación de todo el mundo dejaran al MAX en tierra en marzo de este año.

Así que caba de anunciar que suspende indefinidamente su producción al menos hasta que la Autoridad Federal de Aviación de los Estados Unidos (FAA) y sus equivalentes en el resto del mundo vuelvan a autorizar la entrada en servicio del modelo.

Por ahora Boeing dice que no habrá despidos ni bajas temporales y que asignará los aproximadamente 12.000 empleados de la línea de producción del MAX a otras tareas. Pero no hay que olvidar que hay unos 600 proveedores externos que suministran componentes para el MAX. Y que si bien Boeing, por contrato, tiene que seguir aceptando y pagando las entregas de algunos de ellos no todos disponen de esta protección.

Este anuncio llega muy pocos días después de que Steve Dickson, el director de la FAA, confirmara que la eventual recertificación del MAX va a quedar para 2020 por mucho que Boeing llevara meses asegurando que se produciría antes de que terminara 2019. No está claro a qué altura de 2020 se producirá pero a nivel interno de Boeing ya se estima que como muy pronto será a mediados de febrero.

Y añade una nueva incertidumbre a todo el asunto del MAX, ya que ahora al tiempo que vaya a llevar aplicar las modificaciones necesarias a los aviones construidos según lo que dictamine la FAA y al necesario para formar adecuadamente las tripulaciones habrá que añadir el necesario para reiniciar la producción, lo que dista de ser trivial.

Queda también por ver qué efectos económicos tendrá la parada de la planta sobre la compañía; por de pronto la crisis del MAX ya ha hundido los beneficios de Boeing en lo que va de año.

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