El primer Boeing 787-10 durante su ensamblado – Boeing
Lo de hablar de problemas de ensamblado del Boeing 787 empieza a ser un poco como el día de la marmota. Que no bien han solucionado uno –o no– les sale otro. El último hasta ahora en la saga tiene que ver con unas piezas de titanio que estaba sirviendo un proveedor de un proveedor de Boeing y que eran menos resistentes de lo especificado.
En concreto se trata de piezas suministradas por Manufacturing Processes Specification (MPS) a Leonardo, empresa que se encarga de fabricar el estabilizador horizontal y dos secciones del fuselaje del 787. Leonardo ya ha dejado de trabajar con MPS y Boeing, por su parte, ha pedido a Spirit AeroSystems Holdings, que también recibía piezas de titanio de MPS, que haha una auditoría de las piezas que ha recibido.
Pero lo más preocupante es que por lo visto esto afecta a aviones fabricados en los últimos tres años; parece increíble que los procesos de control de calidad hayan tardado tanto en detectar el problema. Boeing insiste, de todas formas, en el que no es un problema acuciante. Aunque por ahora está revisando todos los 787 que tiene sin entregar y está reparando dos que ya había entregado a clientes pero que aún no habían entrado en servicio; falta por determinar cuántos de los entregados en estos tres años tendrán que ser reparados.
El problema en este caso va mas allá de Boeing, en cualquier caso, porque MPS también suministra(ba) a Airbus, por ejemplo.
En el caso del 787, de todos modos, se añade, si no llevamos mal la cuenta, a:
- El problema del proceso de fabricación e instalación de la mampara trasera del fuselaje que luego se descubrió que se extendía a todo el fuselaje.
- El problema con el ensamblado del timón de profundidad que no tiene nada que ver con lo de las piezas chungas de MPS.
- El problema con el ensamblado del timón de dirección y
- El problema con la unión del mamparo frontal de presión al resto del fuselaje.
Casi nada. Y además no hay que olvidar que Boeing viene de unos años muy complicados con el fiasco del Boeing 737 MAX y que aún le queda mucho para que los programas del avión nodriza KC-46 Pegasus, la cápsula espacial tripulada Starliner o del cohete SLS para la NASA queden razonablemente encauzados a pesar de que todos acumulan años de retrasos y millones de dólares de sobrecostes.
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