Cuando Airbus y Bombardier anunciaron el acuerdo mediante el que la primera se hacía con el 50,01% de los C Series de la segunda escribí
Esto da a Airbus un avión para competir en el segmento de las 100 a 150 plazas, en el que calcula unas ventas de 6.000 aviones en los próximos años, sin tener que desarrollar un hipotético «Airbus A315», con la inversión que ello conllevaría, y a Bombardier le asegura el respaldo de una empresa potente.»
Y casi acierto, porque los aviones antes conocidos como Bombardier C Series CS100 y CS300 ahora serán conocidos respectivamente como Airbus A220-100 y Airbus A220-300.
Con esto Airbus tiene aviones para cubrir la demanda desde las 100 plazas hasta las más de 800 que un A380 sin demasiadas concesiones a la comodidad de los pasajeros puede mover.
El A220, que lleva en servicio con Swiss, su cliente de lanzamiento, desde julio de 2016, aunque entonces aún era el C Series CS100, acumula ahora mismo un total de 462 pedidos (123 para el A220-100 y 339 para al A220-300). Cifra que sin duda Airbus intentará hacer aumentar ahora que todo su poderío comercial está detrás del modelo.
Lo curioso es que si Boeing no hubiera denunciado ante la administración Trump la compra de 75 C Series en firme, con opción a 50 más, por parte de Delta, operación que en principio iban a gravar con unos aranceles de 300%, lo más probable es que Airbus nunca hubiera comprado los C Series. Y que Boeing nunca hubiera terminado ese acuerdo con Embraer para hacerse con el E2, el avión que compite directamente con los C Series, desde hoy Airbus A220.
Lo que viene a ser hacer un pan con unas tortas.