El arquitecto David Hertz recibió el encargo de la copropietaria de un distribuidor de Mercedes de que le construyera una casa de formas curvilíneas/femeninas... Y a él se le ocurrió solucionar el asunto con las alas de un viejo 747-200 que esperaba el desguace.
50.000 dólares le consiguieron los restos del avión, e incluso parece ser que teniendo en cuenta lo que le hubiera costado llevar materiales más tradicionales y obreros hasta la finca, que queda un tanto a desmano, el tener que llevarlos a la finca vía helicóptero a un precio de 8.000 dólares por hora les salió a cuento.
El resultado, la recién terminada 747 wing house, una casa ideal para aerotrastornados (pudientes).
Lo más curioso de todo el asunto es que tuvieron que registrar la casa con la FAA para que esta aparezca en las cartas correspondientes y que los pilotos que la vean desde el aire no la vayan a confundir con un avión estrellado.
(Design Milk via Neatorama).
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