Por @Alvy — 24 de marzo de 2017

Este instructivo documental de 45 minutos de los siempre interesantes US National Archives muestra cómo era en 1918, hace prácticamente un siglo, todo el proceso de construcción de aeroplanos militares en Estados Unidos.

Aunque 1918 fue el año en que terminó la Primera Guerra Mundial en 1915 todavía había una gran demanda de aeroplanos de combate, que habían demostrado su importancia en los conflictos bélicos. La primera vez que usaron con estos fines fue en 1911, en la Guerra Itálo-Turca. Su construcción era un auténtico trabajo artesanal que comenzaba con la tala de árboles gigantescos árboles para obtener la madera y procesarla en listones adecuados (tamaño, densidad, etcétera) para armar las diferentes estructuras de las aeronaves.

Especialmente delicado era el trabajo con la estructura de las alas, que luego se recubrían de tela de lino, unos 140 metros por cada biplano (de un metro de ancho). El trabajo con las hélices, compuestas por varias capas de madera precisamente talladas y pintadas era otra auténtica maravilla: las máquinas con que se tallaban alcanzaban una precisión de una milésima de pulgada (0,025 mm).

En gigantescas naves industriales miles de trabajadores montaban pacientemente las piezas de la estructura y alas, al tiempo que cientos de ingenieros trabajaban en los diseños, planos y otros detalles técnicos. También miles de mujeres de la época participaban en este proceso técnico; como dicen en el vetusto documental «son muy hábiles en el trabajo con pequeñas piezas metálicas». Como se puede ver en la película la cantidad de piezas pequeñas que requería de un avión de la época era sencillamente increíble.

Los complementos de estos aeroplanos incluían las ametralladoras para el puesto girador del tirador (en el caso de los biplazas) o el mecanismo de sincronización para disparar a través de las hélices, todo el cableado de alambres para los controles y para darle rigidez a la estructura, un equipo de radio (también «recién inventada»), el tren de aterrizaje (fijo) y naturalmente el motor (de escasa potencia) y el depósito de combustible.

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