En el verano de 2017 la asociación estadounidense FlyerRights consiguió que un juez obligara a la Administración Federal de Aviación, más conocida como FAA por sus siglas en inglés, a estudiar si es un problema de seguridad que los asientos de los aviones estén cada vez más juntos y que además sean cada vez más pequeños y si por ello era necesario dictar normas al respecto.
Y es que no es una impresión tuya, en especial si te sales de la media en cuanto a tu longitud y/o ancho: según cifras de la asociación la anchura de los asientos se ha visto reducida de 47 centímetros a principios de los 2000 a poco más de 43 alrededor 2015. Pero es peor lo del espacio entre filas, que se ha visto reducido en 10 centímetros de media, pasando de 89 centímetros a 79, e incluso a sólo 71 centímetros en algunas aerolíneas.
Pero la respuesta de la FAA [PDF]a FlyerRights es que no ve que sea necesario regular nada. Básicamente porque según ellos entre que el avión se detiene y se abre alguna de las puertas van a pasar al menos 10 segundos, más aún si es una salida de emergencia sobre las alas, y que eso hará que se forme una cola a la salida, con lo que aunque te pudiera costar un poco más salir del asiento tampoco pasa nada.
La asociación va a recurrir porque dicen que las pruebas de evacuación a las que hace referencia la FAA no incluyen pasajeros de distintos tipos como por ejemplo ancianos y niños o personas con movilidad reducida que en caso de emergencia podrían ralentizar todo, y que tampoco tienen en cuenta factores como el pánico que se puede desatar en esos casos, o cosas como el tamaño de los pasajeros, que desde luego en los Estados Unidos está creciendo.
Así que todo parece indicar que nos quedan años aún de seguir viajando como sardinas en lata… incluso en aerolíneas que no son precisamente de bajo coste.
(Vía The New York Times).