Today we celebrate the start of production for the first #777X airplane that will take to the skies! Watch live at 1:15 PM PDT (8:15 PM UTC) pic.twitter.com/n7FDilT65u
— Boeing Airplanes (@BoeingAirplanes) 23 de octubre de 2017
El método de fabricación de Boeing supone que todos sus aviones empiezan a ser construidos ensamblando los largueros –las vigas, para entendernos– de sus alas. Pero en el caso del Boeing 777X los largueros de las alas son una pieza única de unos 35 metros fabricada en fibra de carbono.
Así que el ensamblado del primer 777X, que servirá como prototipo del modelo, empezó en realidad cuando un robot de la factoría de Boeing en Everett empezó a trabajar con el larguero delantero del ala derecha, empezando a prepararlo para irlo uniendo a las piezas que van conectadas a él.
El objetivo de Boeing es que el avión, anunciado en 2013, haga su primer vuelo a principios de 2019 y que entre en servicio en 2020, aunque habrá que ver si Boeing no tiene los problemas con el ensamblado del 777X que está teniendo con el del 787.
El 777X es una versión modernizada del 777 que aprovecha desarrollos hechos para el 787, cuya ala, de hecho, ha sido tomada como base para el desarrollo de la del 777X. Son tan grandes que sus puntas se pliegan para que el 777X pueda operar en tierra sin tropezar con nada.
Boeing afirma que el 777X gastará un 20 por ciento menos de combustible que los 777 actuales y que sus costes de operación serán menores en un 15 % que los de estos y un 10 por ciento inferiores a los de los aviones comparables de la competencia.
Tendrá dos variantes, el 777-8X, que podrá llevar unos 350 pasajeros en rutas de hasta 17.200 kilómetros, y el 777-9X, con capacidad para unos 400 pasajeros en rutas de hasta 15.200 kilómetros. Por ahora las dos variantes acumulan un total de 326 pedidos.
(Vía The Seattle Times. Y un saludo a Juanillo, que hace poco me decía que me prodigo poco con anotaciones del ramo del aerotrastorno).
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