Por Nacho Palou — 15 de noviembre de 2017

El Boeing 777-300 ER de KLM del vuelo KL743 despegó del aeropuerto de Schiphol, en Ámsterdam, con destino a Lima. Tal y como se ve en el vídeo (a partir de 2:40) a los pocos segundos de despegar el avión fue alcanzado por un enorme rayo.

Esto es algo que en realidad sucede de forma más o menos habitual en todo tipo de aviones por todo el mundo y “con más frecuencia de lo que cualquiera puede imaginar”, según Patrick Smith.

“Sin embargo —explica Patrick Smith en su libro Cockpit Confidential —la descarga eléctrica no viaja a través de la cabina electrocutando a los pasajeros; en cambio se desplaza por el recubrimiento exterior de aluminio, que es un excelente conductor eléctrico.”

De modo que normalmente el rayo entra por un extremo del avión y sale por el otro sin consecuencias, aunque “de vez en cuando produce daños en el exterior —una marca superficial de entrada o de salida— o causa daños menores en los sistemas eléctricos del avión. Pero lo más habitual que no deje nada o casi nada de rastro”, escribe Patrick Smith.

Esto es así en especial después de que, en 1963, un rayo causase una explosión en el ala de un Boeing 707 de la Pan Am. “Este incidente llevó a la FAA a imponer una serie de medidas de protección, incluyendo modificaciones en los tanques de combustible y la instalación de descargadores de estática por todo el avión”, que son esa especie de “pelos” o pequeñas antenas que pueden verse en los extremos de las alas, por ejemplo.

Así que puedes disfrutar del vídeo sin temor. Al contrario, porque “es una perfecta demostración de lo bien que los aviones comerciales lidian con los rayos”, dicen en Valk Aviation.

Vía IBTimes.

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