Un 737 MAX-8 en vuelo – Boeing
La Administración Federal de Aviación de los Estados Unidos (FAA) acaba de hacer pública la orden que permite la vuelta al servicio del Boeing 737 MAX. Se aplica a todas las aerolíneas del país que operen este modelo. Han sido un año y ocho meses sin que este modelo pudiera volar después de que en marzo de 2019 las autoridades competentes de todo el mundo le retiraran el permiso para hacerlo tras los accidentes de los vuelos 610 de Lion Air y 320 de Ethiopian Airlines.
Esto no quiere decir, en cualquier caso, que mañana vaya a haber MAX en vuelo en los Estados Unidos. Lo que ha hecho la FAA es por una parte rescindir la orden que prohibe volar al MAX [PDF]. Pero mismo tiempo exige que se apliquen una serie de modificaciones a los aviones –especialmente en el sistema MCAS, causante último de los dos accidentes– y en la formación de las tripulaciones. Y esto último puede ser causante de un enorme cuello de botella ante la escasez de simuladores de este modelo en el mundo. Las modificaciones a aplicar están en una directiva de aeronavegabilidad de 112 páginas [PDF]. Toda la documentación de la FAA sobre el caso está en Boeing 737 MAX Reading Room.
American ya ha dicho que no será hasta el 29 de diciembre de 2020 cuando empiece a operar de nuevo vuelos con el 737 MAX según vaya preparando aviones y tripulaciones para ello. Southwest, por su parte, ya ha dicho que no lo hará al menos hasta el segundo trimestre de 2021. Y United dice que en el primer trimestre de 2021, pero es que calcula que necesitará meterle unas 1.000 horas de trabajo a cada avión para adecuarlo a la nueva normativa.
La FAA es la primera agencia –y por ahora la única– en autorizar de la vuelta al servicio del MAX. La Agencia Europea de Seguridad Aérea dice que probablemente haga lo propio antes de finales de noviembre. Transport Canadá también está trabajando en ello pero dice que va a pedir más cosas que la FAA. La Agencia Nacional de Aviación Civil de Brasil también está terminando con el proceso pero aún no se compromete con fechas. Y ya veremos qué va a hacer China, que puede usar el MAX y la prohibición de que vuele allí como una herramienta de presión política.
Boeing, por su parte, está encantada, claro.
Otra cosa será ver cómo reaccionan las personas que tengan que volar en un MAX. Tanto Boeing como las aerolíneas tendrán que trabajar para recuperar la confianza perdida. American, por ejemplo, ha dicho que permitirá a sus clientes cambiar de vuelo sin coste si resulta que les toca volar en un MAX y no quieren hacerlo. Beoing, a la chita callando, está dejando de usar la denominación MAX.
Pero vienen sin duda unos meses en los que se mirará con lupa todo lo relacionado con ese avión, en especial teniendo en cuenta que la FAA no cumplió sus obligaciones muy a rajatabla cuando certificó originalmente el MAX para el vuelo; Boeing le coló un montón de cosas que nunca deberían haber sido autorizadas. De hecho Steve Dickson, el director de la FAA, respondía «Estoy de acuerdo con eso» a la pregunta de si la FAA no certificó correctamente el 737 MAX y el MCAS en su forma original.
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