Por @Alvy — 9 de octubre de 2012

Con cientos de cámaras de seguimiento y marcas de registro para reconocer las piezas, los daños a los dummies y hasta el último tornillo, los expertos estrellaron grácilmente este 727 -casi como en aterrizaje de emergencia chungo-- para analizar qué sucedía tras un accidente en las condiciones más reales posible. Es parte del documental Curiosity: Plane Crash de Discovery Channel.

El «experimento» ha requerido cuatro años de trabajo y medio millón de dólares en equipamiento - gran parte del cual ha quedado completamente destruido, como es lógico. Como se puede leer por ahí, es cierto que en condiciones reales tal vez habría árboles, desniveles u otros obstáculos, o quizá el avión fuera más cargado de combustible...

Tal vez el mayor «pero» que se le pueda poner a la simulación es, como me ha dicho Wicho, que ningún piloto permitiría que el morro tocara tierra antes que el resto del avión, siempre que tuviera un mínimo de control sobre la situación. Pero en fin... estamos ante una recreación, no un accidente real, así que ese escenario es sin duda mejor que nada.

Momentos un tanto escalofriantes en las imágenes: (a) ver cómo los pilotos saltan del avión en paracaídas, abandonándolo antes del accidente, (b) la gigantesca fractura que parte el morro del resto de la cabina -¿alguien quiere ir en primera clase?- y (c) las voces de los técnicos asombrados por el estado de destrucción casi total en que queda todo una vez se ha producido el fatal desenlace.

Aun así, en condiciones reales podría haber habido supervivientes. La mejor fórmula dicen que es utilizar la postura del aterrizaje de emergencia en el momento del crash y estar a menos de cinco filas de la salida de emergencia por la que salir por patas tan pronto como sea posible.

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