Por @Wicho — 1 de octubre de 2019

Un Boeing 737 NG

Por si Boeing no tenía suficientes quebraderos de cabeza con tener todos los 737 MAX del mundo sin poder volar ahora otro modelo de la familia tiene problemas: durante la conversión de tres Boeing 737 NG a carguero los operarios que se encargaban de ello encontraron grietas en una de las piezas que une el fuselaje a las alas.

Conocida como herraje de cogida (pickle fork en inglés) esta pieza nunca debería presentar ningún tipo de grietas porque está diseñada para durar más de los 90.000 ciclos –despegues y aterrizajes– para los que está diseñado el avión. Pero los aviones en cuestión rondaban los 35.000 ciclos, que es menos de la mitad de su vida útil. Cada NG monta cuatro de estas piezas.

Herraje de cogida del Boeing 737 NG

Así que Boeing y la Autoridad Federal de Aviación de los Estados Unidos están a punto de publicar una directiva que obligará a todas las aerolíneas que operan el 737 NG a revisar estas piezas en menos de siete días si el avión tiene más de 30.000 ciclos. Aquellos que anden entre los 22.500 y 30.000 también tendrán que ser revisados, pero con más tiempo para hacerlo.

Las piezas en cuestión, llegado el caso, se pueden sustituir, así que los aviones afectados –que también hay que ver cuantos son– no quedarían inutilizados. Pero en cualquier caso Boeing y la FAA tendrán que ver por qué están fallando esas piezas mucho antes de lo que deberían.

Otras variantes del 737 en servicio no se ven afectadas porque sus herrajes de cogida tienen un diseño distinto.

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