En un anuncio que ha pillado por sorpresa a prácticamente todo el mundo, Iberia –técnicamente IAG, el grupo al que pertenece Iberia– acaba de anunciar la compra del cien por cien del capital de Air Europa en una operación valorada en torno a los 1.000 millones de euros.
Es una operación que requiere la aprobación de las autoridades de competencia, así que tardará un poco en materializarse. Se calcula que al menos hasta el segundo semestre de 2020.
Según la nota de prensa (las negritas son de ellos) «esta operación contribuirá a hacer de Madrid un hub más eficiente, que podrá competir mejor y con mejores herramientas con los principales hubs de Europa. Además de contribuir a la red de rutas entre Europa y América Latina, permitirá disponer de más conectividad y masa crítica para abrir nuevas rutas y crecer en otros mercados donde ahora no está o su presencia es muy pequeña y ofrecer mejores servicios a los clientes.»
También dice que «las aerolíneas de IAG y Air Europa seguirán compitiendo como hasta ahora hasta que la operación no esté aprobada y cerrada». Aquí las negritas son mías.
Y para mí, como usuario más que habitual de un aeropuerto básicamente servido por Iberia, Vueling y Air Europa, esa es la frase más preocupante de la nota. ¿Qué pasará con los aeropuertos más pequeños en los que básicamente, sólo operan Iberia y Air Europa? ¿Se mantendrán las frecuencias? ¿Subirán los precios de los billetes? Mi apuesta es que no y sí.
También habrá que ver, por supuesto, como afecta a las plantillas de las dos aerolíneas y a las de las empresas de servicios en tierra que atienden a sus vuelos.