Tras casi un año la competición AlphaDogfight de la Agencia de Proyectos Avanzados de Defensa de los Estados Unidos ha celebrado a su final. En ella la inteligencia artificial de Heron Systems ha conseguido derrotar a Banger, un piloto de caza de la Fuerza Aérea, en cinco enfrentamientos que los ponían al mando de sendos F-16 en combates aéreos simulados. La derrota fue por 5 a 0.
De hecho en los cinco combates, que partían de una posición neutra en la que ninguno de los aviones tenía ventaja sobre el otro, Banger no consiguió hacer blanco ni una sola vez en el avión pilotado por Heron. La única arma de la que disponían era el cañón del avión; nada de misiles.
Pero he entrecomillado inteligencia artificial en el título de la anotación porque, como siempre, quiero resaltar que de inteligencia, nada. Sólo –aunque no es poco– es un sistema programado para hacer una tarea muy concreta. Y en eso ha vencido antes a otros siete sistemas similares durante la fase eliminatoria previa.
Además, como explican en Combate aéreo IA-Humano, gana IA, esta final tenía una limitación o peculiaridad, y es que no utilizaron el simulador que usan los pilotos de la Fuerza Aérea para su entrenamiento. Por eso Banger podía estar en cierta desventaja al no estar acostumbrado a la dinámica de vuelo del simulador o a la representación de los instrumentos.
También hay que tener en cuenta que en este caso Heron gozaba de una vista perfecta del avión con el que se enfrentaba; en un entorno real con contramedidas electrónicas en marcha las cosas podrían haber sido muy distintas, aunque sólo sea porque los ojos humanos no se ven afectados por ellas.
Quizás una evolución de esto sería poner a Bange y Heron a los mandos de sendos QF-16 –F-16 convertidos en drones– y ver qué pasa.
En cualquier caso no deja de ser un resultado interesante a la vez que inquietante. Como para reflexionar. ¿Alguna vez veremos volar aviones armados en los que la decisión de abrir fuego depende de una «inteligencia artificial»?
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