Esto tendría cabido tanto aquí como en nuestro blog de fotografía: al parecer circula una leyenda urbana que dice que cada vez que viajas en avión con tu cámara digital, estás matando algunos de sus píxeles; el efecto se debería «en teoría» a que en altitud hay más radiación gamma y eso afectaría a los pequeñísimos sensores de los dispositivos digitales.
En CrunchGear desmontan esta leyenda apuntando a algunos foros de especialistas donde se dice que simplemente no tiene razón de ser: algunos casos parecen ser puras anécdotas y hay mil cosas, incluyendo golpes, viajes con turbulencias, una bolsa de transporte inadecuada y demás que son causas más probables.
Aparte de esto, es raro que esta leyenda haya resurgido ahora porque las cámaras digitales existen desde hace muchos años y los fotógrafos viajan con ellas desde hace tiempo: si realmente los viajes en avión dejaran fritos algunos píxeles en cada ocasión alguien más lo habría notado y habría expuesto el problema, incluso ya se habrían planteado soluciones al respecto.
No quiero ni imaginarme cómo estarían de fritas las cámaras y sensores de algunos aerotrastornados con todo lo que viajan, de ser cierta esta leyenda: parecerían la barbacoa de un burger y la cámara sería más bien un cementario de píxeles.