Este avión conceptual futurista (i.e. no existe) plantea la posibilidad de volar a Mach 24, lo cual sería 12 veces más rápido que el Concorde y 24 veces más rápido que la velocidad del sonido. Teóricamente utilizaría un scramjet o estatorreactor de combustión supersónica –sin piezas móviles– y una técnica aerodinámica llamada modo de gran penetración para solventar los problemas propios del calor y el ruido a esas velocidades.
Precisamente para evitar el boom sónico propio de todos los ingenios que superan la velocidad del sonido emplearía una especie de boquilla de expulsión de aire para contrarrestar sus efectos. Si no quizá ni siquiera pudiera volar debido a la normativa de contaminación acústica más que impedido por las leyes de la física – lo cual no dejaría de ser irónico.
Pese a que quede mucho para ver este sueño hecho realidad lo que más me gustó sin duda su diseño con aspecto de colibrí –muy apropiado– que además tiene capacidad para llevar hasta diez personas en su interior. E imaginar eso de los «11 minutos», más rápido casi que coger el ascensor en algunos edificios de Manhattan en hora punta.