Es la más tradicional de las rutinas de los largos vuelos: raciones individualizadas con los que alimentar al pasaje, donde todo está perfectamente medido y calculado. En Menús de avión, un artículo de Consumer Eroski se narran un montón de detalles que hay detrás del «¿Pollo o ternera?» y la sonrisa de la azafata.
La historia del cátering comenzó en 1934 y en la actualidad hasta existen menús confeccionados por chefs de prestigio como plus de calidad, al menos para algunos afortunados. Las comidas a bordo han evolucionado casi tanto como la propia tecnología aeroespacial. En todas ellas se cuida principalmente que sean ligeras, fáciles de digerir, que proporcionen hidratación y que su cuidado desde el origen hasta el asiento no pongan en riesgo la salud.
Como curiosidad se confirma en el artículo la leyenda de que todos los miembros de la tripulación comen diferente unos de otros para evitar posibles intoxicaciones en masa (a lo Aterriza como puedas); básicamente se evita que tripulantes con roles similares coman el mismo tipo de plato.
{ Foto (CC) Summer Park }