El pasado domingo a eso de las 18:30 locales un piloto de American Airlines avisaba a la torre de control del aeropuerto de Los Ángeles que acababan de ver a alguien en una mochila cohete al lado de su avión. En esos momentos el avión estaba en la fase final de su aproximación al aeropuerto a unos 1.000 metros de altura y disponiéndose a aterrizar. El «contacto» estaba a su misma altura y a unos 275 metros a su izquierda.
Momentos después del comunicado del piloto de AA otro piloto de JetBlue confirmaba que también acababa de ver esa persona en una mochila cohete.
La Autoridad Federal de Aviación de los Estados Unidos (FAA) está investigando el caso –es la primera vez que sucede algo parecido, o al menos la primera vez que se informa de ello– aunque en principio lo está tratando como el avistamiento de un dron. A fin de cuentas aún no puedes ir al Leroy Merlin a comprar una mochila cohete. La policía de Los Ángeles por su parte busca a la persona en cuestión pero todavía sin suerte.
En cualquier caso, dron o persona, es una maniobra de una irresponsabilidad que pone los pelos de punta. En caso de colisión la persona en cuestión o el dron habría resultado destrozados; pero además, según dónde recibiera el impacto el avión, las consecuencias podrían ser desastrosas.
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