Por @Wicho — 6 de agosto de 2019

El vuelo BA422 de British Airways del 5 de agosto de 2019, con origen en Heathrow y destino Valencia tuvo que aterrizar de emergencia en el aeropuerto de destino después de que unos diez minutos antes del aterrizaje la cabina de pasajeros se llenara de humo. El avión fue evacuado en la pista mediante las salidas de emergencia sin que hubiera que lamentar más que algunas heridas por abrasiones al parecer producidas por el roce con las rampas.

Pasado el susto algunos pasajeros comentaban medio indignados –cómo no– en redes sociales que si no habían funcionado las mascarillas de oxígeno. Pero es que en caso de humo en cabina no está recomendado su uso.

La normativa vigente exige que las aeronaves que vuelan por encima de cierta altitud lleven oxígeno para todos su ocupantes, con una reserva extra por si acaso. Ese oxígeno podría ir almacenado en bombonas. Pero eso ocupa mucho y pesa, así que lo más habitual es utilizar generadores químicos que se activan al tirar de la mascarilla. Una vez activados dentro de estos generadores se pone en marcha una reacción química que aparte de oxígeno produce calor. Mucho calor. De hecho el vuelo 592 de ValuJet se estrelló cuando se activaron unos generadores de oxígeno incorrectamente almacenados que iban en su bodega de carga.

Esquema de un generador de oxígeno

El oxígeno se mezcla con el aire de la cabina y eso es lo que respiran los pasajeros a través de las mascarillas. Y si hay humo en el aire de la cabina los pasajeros respirarían ese humo a través de las mascarillas, lo que no es buena idea.

Además ya se sabe que por el humo se sabe dónde está el fuego, así que si en la cabina hay humo es porque puede haber fuego. Y por ello tampoco es muy buena idea activar unos dispositivos que generan oxígeno –altamente inflamable– y calor.

Por esos dos motivos más que razonables los tripulantes del BA422 no activaron las mascarillas.

También hubo quejas por la falta de comunicación por parte de los pilotos, pero es que estaban ocupados en gestionar la emergencia, que es su prioridad número uno. Hablar con los pasajeros queda muy abajo en la lista de cosas que tienen que hacer en un momento como ese.

Para terminar dejamos como ejercicio de agudeza visual contar el número de maleteros que aparecen abiertos en la primera foto del tuit enlazado. Es extremadamente común –e irresponsable– desoír las instrucciones de evacuación y pararse a recuperar el equipaje de mano. Se muere poco.

(La información sobre las mascarillas vía J. Morillas).

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