Tripulantes de toda Europa se manifestaron el pasado 22 de enero por la seguridad
El incidente en el que un piloto de Transavia quedó unos minutos sin poder acceder a la cabina tras haber ido al baño porque el primer oficial se había quedado dormido a los mandos se saldó, afortunadamente, sin daños personales.
Pero no es la primera vez que el cansancio juega un papel importante en un accidente mortal, y precisamente las nuevas normas que quiere aprobar la Agencia Europea de Seguridad Aérea tienen en pie de guerra a las tripulaciones.
En su opinión, según se puede leer en Dead-tired.eu, estas normas han sido aprobadas para favorecer la operatividad de las compañías y que puedan reducir gastos.
Para eso, dicen, las nuevas normas permiten cosas como que un piloto pueda seguir trabajando e ir a hacer aterrizar un avión aún llevando 22 horas despierto, o permiten vuelos nocturnos de hasta 12 horas aún cuando la evidencia científica apunta a que el límite debería ser de 10 horas; de hecho dicen que la propuesta va en contra de los resultados de hasta tres estudios llevados a cabo por la propia AESA.
Su temor es que aunque hoy en día en muchos países hay en vigor normas más estrictas que las del borrador propuesto por la AESA, que está disponible en el apartado Implementing Rules on Flight and Duty Time Limitations and rest requirements (FTL) for commercial air transport (CAT) with aeroplanes de EASA-Opinions, si la UE las adopta nada impediría a las aerolíneas aplicar esta nueva normativa una vez traspuesta a cada una de las legislaciones nacionales.
La AESA, por su parte, afirma que lo que dicen los pilotos no es correcto y que el periodo máximo de servicio por la noche queda reducido a 11 horas y que nunca se dará el caso de las 22 horas de servicio en el mundo real, según se puede leer en EASA strongly opposes disinformation campaign on Flight Time Limitations; también hace referencia a más de 30 mejoras [PDF, inglés] que incorporan las nuevas normas propuestas.