Un MV-22B Osprey de la Armada de los Estados Unidos ha llevado a cabo un vuelo en el que uno de los cuatro anclajes que unen la góndola del motor izquierdo al ala y la pieza en la que encaja éste habían sido fabricados mediante impresión en 3D, según se puede leer en NAVAIR Marks First Flight with 3-D printed, safety-critical parts
Esas piezas, fabricadas en titanio, son críticas para el funcionamiento del Osprey, y afortunadamente lo más destacable del vuelo es que no hubo nada que destacar, según dijo el piloto de pruebas.
El anclaje en cuestión
La Armada tiene la intención de seguir con las pruebas de impresión en 3D con otros cinco componentes de los V-22, H-1 y CH-53K. Tres de ellos se fabrican titanio, incluyendo el ya probado, y los otros tres de acero inoxidable. Pero dicen que aún falta tiempo como para que usen la impresión 3D como algo estándar.
La gran ventaja de poder imprimir piezas bajo demanda es que nunca habrá problemas de existencias mientras haya materia prima suficiente, lo que es de enorme interés para operaciones en lugares remotos. Y no sólo para operaciones militares`, ojo: puestos de investigación en sitios como la Antártida o el espacio, hospitales de campaña, o unidades de apoyo en todo tipo de desastres se pueden aprovechar también de la impresión en 3D.
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