Un Boeing 787 de Air India saliendo de Heathrow – Wicho
Sé que esto suena al día de la marmota pero Boeing ha reconocido otro problema más de ensamblado del 787. Otro más, sí, aparte del que afecta a la mampara posterior de presión del fuselaje y a los estabilizadores horizontales.
En este caso, según se puede leer en Report raises new questions about structural integrity of Boeing 787 Dreamliner, es el timón de dirección –la cola del avión– el componente afectado.
Al parecer hasta en 681 de los casi 1.000 ejemplares de Boeing 787 entregados a aerolíneas de todo el mundo pueden faltar unas calzas que aseguran que las piezas de la deriva encajan con el margen de precisión necesario. Pero si ya es grave que falten estas calzas lo peor es que todo indica que esas calzas estaban colocadas en su sitio antes del ensamblado definitivo de las derivas afectadas y que por algún motivo fueron retiradas. Un fallo serio en el proceso de control de calidad del montaje; un fallo más serio aún que esos aviones fueran entregados sin detectar el fallo.
La Autoridad Federal de Aviación de los Estados Unidos (FAA) está investigando el asunto pues piensa que el defecto en el ensamblado puede hacer que la deriva no soporte las cargas para las que ha sido diseñada. Aunque reconoce que sería en un caso extremo y difícil de darse. Pero no imposible.
Boeing, por su parte, dice que el problema con las derivas no supone un peligro inmediato y que no hace falta llevar a cabo ninguna acción inmediata; que sus datos sugieren que con una revisión durante alguno de los periodos de mantenimiento programados será suficiente.
No es raro que cuando un avión entra en servicio se descubran cosas que no funciona exactamente como decían los modelos y que haya que hacer modificaciones. Pero en este caso estamos hablando de que Boeing, una vez más, ha entregado aviones que no cumplen con sus propias normas de fabricación.
Y es que llueve sobre mojado en lo que se refiere a la planta de Charleston de Boeing. Es la misma en la que se ensamblaron mal los timones de profundidad de aproximadamente el 90% de los 787 entregados y de la que al menos ocho ejemplares salieron con la mampara posterior de presión mal instalada. Es también la fábrica en la que se encontraron trapos y herramientas en los depósitos de combustible de Boeing 737 MAX recién ensamblados.
Este tipo de noticias nunca es bueno para un fabricante de aviones. Pero menos en el caso de Boeing, que en los últimos tiempos ha visto su imagen seriamente comprometida por el caso del Boeing 737 MAX, que lleva un año uy medio sin poder volar en ningún lugar dle mundo; por los fallos y retrasos en los aviones nodriza KC-46 Pegasus; o el fallo de la primera misión de una cápsula espacial Starliner.
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