Un 787 en la planta de ensamblado de Carolina del Sur – Boeing
El capítulo enésimo de los problemas de producción de Boeing está protagonizado de nuevo por el 787. En este caso hay más de 900 fijaciones mal apretadas en la sección central del fuselaje de los ejemplares afectados. Al parecer las fijaciones en cuestión habrían sido apretadas desde el lado equivocado, utilizando para ello la cabeza en lugar de la tuerca.
Como es habitual Boeing dice que no es un problema inmediato de seguridad. Pero que está trabajando para entender la causa del problema y ver si es necesario realizar algún retoque en los aviones afectados una vez concluida la investigación. Quizás habrá que ver si ese problema afecta también a a aviones ya en servicio.
Menos mal que Boeing ha prometido portarse bien. Aunque la Administración Federal de Aviación (FAA) de los Estados Unidos dice que la seguirá vigilando. Como si les pagaran para ello. O algo.
Boeing está también pendiente de la decisión del Departamento de Justicia (DoJ) sobre el acuerdo alcanzado tras los accidentes mortales del 737 MAX de finales de 2018 y principios de 2019. Entre otras cosas el acuerdo exigía que la empresa pusiera en marcha una serie de controles para prevenir infracciones de seguridad. Y el DoJ lo está mirando con lupa porque no lo tiene nada claro.
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