Por @Wicho — 4 de octubre de 2009

Paul Bonhomme en la final
Paul Bonhomme en la final

Hubo que esperar casi al último vuelo del Final 4 de la carrera de Barcelona para averiguar el nombre del ganador del Campeonato Mundial Red Bull Air Race 2009, pues hasta esa fase de la carrera Paul Bonhomme y Hannes Arch estuvieron luchando a tope por hacerse con él, y aún a pesar de que Bonhomme dependía solo de si mismo para hacerse con el título tuvo que ser capaz de resistir la enorme presión que le metió Arch, que en ningún momento dio por perdido el título.

Arch, volando a tope, chocó contra uno de los pilones del Quadro en su último recorrido del circuito, lo que le supuso una penalización de seis segundos y quedar cuarto en la carrera de hoy, pero en realidad a esas alturas ya era irrelevante su puesto final en esta, porque tras su circuito en el Final 4, realizado justo antes que Arch, Bonhomme había marcado el mejor tiempo e iba a quedar ya como poco en segundo lugar, lo que le bastaba para hacerse con el título, pues Arch necesitaba ganar la carrera y que Bonhomme quedara fuera del podio para poder arrebatárselo.

Así, la carrera de Barcelona la ganó Bonhomme, seguido de Nigel Lamb y Matthias Dolderer, mientras que un sorprendente Matt Hall ocupaba el tercer puesto del campeonato mundial, tras Bonhomme y Arch, un resultado sorprendente para un rookie -un novato- como él mismo reconocía después de la carrera, ya que su objetivo principal en este su primer año era aprender y volar con seguridad, dejando para el futuro cualquier intento de pelear por un puesto determinado.

Un final realmente emocionante para todo un espectáculo especialmente interesante en un circuito de 6,4 kilómetros ya de por si bastante complicado por los continuos virajes que tenían que hacer los pilotos al que se unió un viento cambiante que hacía que tuvieran que ir ajustando sobre la marcha en prácticamente cada pasada que los pilotos hacían por él.

Lo que quizás necesita un poco más de trabajo es la integración de la carrera y la Festa al Cel, ya que a veces se producían intervalos sin ninguna actividad que probablemente podían haberse evitado con una coordinación un poco mejor, aunque también hay que tener en cuenta que es el primer año que se produce esta integración, con lo que siempre puede haber margen para mejorar estos asuntos.

De las exhibiciones de la Festa en sí destacaría la intervención del A320 de Spanair, cuyos pilotos demostraron que estos aviones son capaces de hacer cosas que los pasajeros ni nos imaginamos, y pondría en el cajón del olvido la demostración del Harrier de la Armada, muy desangelada, limitándose a poco más que un par de pasadas y un estático muy lejano de la playa, muy por debajo de lo que, por ejemplo, se ha podido ver en los últimos años en el Festival Aéreo de Vigo.

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