Por @Wicho — 19 de abril de 2022

Aunque la sala aún no está acondicionada del todo para recibir visitas –pero lo estará en breve– el Museo Aeronáutico de Málaga recibía hace unos días un motor Rolls-Royce Trent 900 que pasa a formar parte de su colección. Es el motor que monta el Airbus A380. Y merece mucho la pena ver un bicho de esos de cerca para ver su impresionante tamaño y la cantidad de piezas que lo componen. Así que ya tienes una disculpa más para visitar el museo.

Álvaro, que es ingeniero aeronáutico y trabaja en el desarrollo de motores experimentales en Rolls-Royce, y que tuvo bastante que ver con que la empresa cediera el motor al museo, y a tenor de la llegada del motor al museo, cuenta en un hilo de Twitter las perrerías que se le hacen al motor de un avión antes de certificarlo para el vuelo. Son cosas que en esta casa ya hemos mencionado en el pasado pero siempre viene bien a modo de recapitulación:

  • Pruebas de ingestión de agua y hielo para asegurarse de que el motor no se apague por mucho que trague.
  • Pruebas de frío extremo para comprobar que incluso a -50 ºC funciona y es capaz de arrancar tras una noche expuesto a esas temperaturas y que le da igual que se haya formado hielo en él.
  • Pruebas de viento cruzado en las que unos grandes ventiladores crean una corriente de aire que le da al motor de lado para demostrar que sigue entrando aire suficiente en él a pesar de todo.
  • Pruebas de sonido para asegurarse de que cumple las normativas de emisión de ruido.
  • Pruebas de resistencia, en las que el motor funciona de forma continua durante mucho más tiempo del que tendrá que hacerlo en cualquier vuelo. También sirven para comprobar que no dará problemas a lo largo de su vida útil tras simular numerosos vuelos.
  • Pruebas de destrucción en las que el motor y su carenado deben demostrar que son capaces de no dejar escapar ningún fragmento aunque se desprenda un álabe o el motor ingiera un ave; puede quedar inutilizado pero la tripulación podrá detenerlo y seguir volando con el resto de los motores del avión.

En How to test a jet engine hay algunos detalles más acerca de estas pruebas.

Las pruebas no se hacen sólo en tierra, claro. De hecho el motor que ha recibido el museo ha estado volando durante 12 años a bordo de un A380 de pruebas, acumulando casi 2.000 horas de vuelo. Tampoco se hacen a todos los motores sino a unas cuantas unidades que se usan para conseguir el certificado de tipo del modelo. El certificado de tipo es la documentación otorgada por parte de las autoridades competentes que dice que un avión, motor, o hélice cumple los estándares aplicables para su uso seguro.

En la sede del Muncyt en A Coruña se puede ver otra de estas maravillas de la ingeniería, en este caso un Pratt & Whitney JT9D-7 de los que propulsaban los Boeing 747-200 de Iberia. También se puede ver el morro del Lope de Vega, el avión que en su día trajo el Guernica de Picasso de vuelta a España. Están, claro, en la Sala Iberia.

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