Por @Wicho — 28 de septiembre de 2017

BLADE, de Breakthrough Laminar Aircraft Demonstrator in Europe, de Avión de Demostración de Innovación Laminar en Europa, el A340-300 que Airbus ha modificado para probar un nuevo diseño de ala con flujo laminar, ha realizado su primer vuelo.

Como es de rigor en un primer vuelo los pilotos tocaron el mínimo número de cosas posibles, incluyendo no retraer el tren de aterrizaje, para ir comprobando las características de vuelo del avión.

En este caso BLADE cuenta con dos nuevas secciones en la punta de sus alas cuya parte superior –extradós en términos aeronáuticos– está fabricada en fibra de carbono reforzada con plástico pero con una precisión enorme que permite mantener el flujo laminar más tiempo.

BLADE en planta

Esto básicamente consiste en que el aire permanece pegado y sin turbulencias al ala durante más tiempo, lo que permite reducir hasta en un 50% el rozamiento del aire contra ellas, lo que a su vez se traduce en un ahorro de combustible y emisiones. Aunque todo esto es a cambio de volar más lento ya que las nuevas secciones tienen menos flecha que las originales, lo que reduce la velocidad máxima que puede alcanzar el avión.

Todo esto forma parte de la iniciativa Clean Sky 2, que tiene como objetivo desarrollar tecnologías destinadas a reducir las emisiones de CO2, otros gases y el ruido producido por los aviones.

Aunque los más cínicos dicen que «se escribe ser más verde, se lee gastar menos dinero y ahorrar pasta».

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