Cuando un avión va a aterrizar en un portaaviones utiliza un cable de frenado para detenerse en mucho menos espacio del que necesitaría en condiciones normales.
Si por un fallo en su gancho de apontaje o por cualquier otra emergencia no puede hacer uso de este se recurre entonces a barreras de frenado, que también se instalan en ocasiones en las pistas de aterrizaje de las bases aéreas.
Para probar estos cables y barreras el Naval Air Systems Command (NAVAIR) de la US Navy tiene unas instalaciones en Naval Air Engineering Station Lakehurst en las que lanzan aviones en un trineo propulsado por cuatro motores J57 que suman un total de 42.000 libras de empuje para comprobar su efectividad.
Pistas de prueba
Un F-18 en el trineo
Barrera de frenado en acción
Los cuatro motores son capaces de acelerar el avión de pruebas hasta una velocidad de unos 460 kilómetros por hora antes de llegar al final de los 2,8 kilómetros de pista. Que frene a tiempo ya es cosa de los cables y barreras.
(Vía Deputy Dog y Neatorama.)
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