Por @Wicho — 14 de septiembre de 2009

Paul Bonhomme metiendo ges
¡Arriba! Paul Bonhomme metiendo ges al llegar a un extremo del ciruito para no salirse de la línea de seguridad

Gracias a la amable invitación de Red Bull España he podido pasar el fin de semana siguiendo esta carrera desde dentro como un medio de comunicación acreditado, así que aquí van mis impresiones.

El piloto británico Paul Bonhomme lidera la clasificación de la Red Bull Air Race de 2009 tras la carrera de Oporto por 4 puntos de diferencia al haber ganado esta con un tiempo en la final de 1:09.23, apenas 0.94 segundos menos que el segundo clasificado, Hannes Arch, que también es el segundo en la clasificación general.

Pero con esa ventaja las cosas aún no están decididas y el campeonato se decidirá en la carrera de Barcelona el próximo 3 de octubre.

Alejandro Maclean en acción
Alejandro Maclean en acción

Por su parte, el representante español en la RBAR, Alejandro Maclean, quedó fuera de la carrera al ser descalificado por exceder el límite de 12g en una de sus maniobras, aunque se muestra satisfecho con el resultado que estaba obteniendo, ya que sus tiempos podrían haberle colocado entre los cuatro primeros.

Puertas y puntos

Celebrada por primera vez en 2003, la Red Bull Air Race es similar a una carrera de Fórmula 1 en el sentido de que los participantes han de recorrer un circuito en el menor tiempo posible, sólo que en este caso el circuito, de unos 5 ó 6 kilómetros, lo marcan una serie de puertas que los pilotos han de pasar de una forma determinada, como se explica en el vídeo 2009 Rules, Red Bull Air Race.

Así, hay que entrar en el circuito por la puerta con los cuadros blancos y negros en vuelo nivelado, y luego ir pasando las puertas azules también en vuelo nivelado, las rojas volando a cuchillo (inclinado 90 grados a la derecha o a la izquierda según corresponda, el Quadro (la puerta con cuatro «patas» rojas) en dos pasadas a cuchillo perpendiculares entre sí, y la chicane haciendo slalom, pero no necesariamente a cuchillo, aunque en la práctica todos los pilotos la pasan así.

A cuchillo
A cuchillo

Se sale del circuito por la misma puerta por la que se entra, pero a la salida no es necesario ir en vuelo nivelado.

En Oporto, de todos modos, no estaba montado el Quadro porque no hay espacio debido a las empinadas riberas del Duero, lo que lo hace el circuito más rápido de la temporada. Con 6,6 kilómetros de largo, los pilotos tienen que recorrerlo en menos de 1:10 si pretenden ganar:

Ver vídeo: Red Bull Air Race in Porto: Track Introduction
Red Bull Air Race in Porto: Track Introduction [YouTube 1:13]

Cada una de las puertas, construidas con el mismo tipo de nailon que se usa para los spinnakers de las embarcaciones, mide 20 metros de alto. El espacio entre los pilones (las «patas» de las puertas) de las puertas es de 10 metros en las que hay que pasar a cuchillo y de 13 metros en las que hay que pasar nivelado y en las del Quadro. Entre cada uno de los pilones de la chicane hay 110 metros.

La envergadura de los aviones que se usan en esta carrera, el Zivko Edge 540 y el MXS-R, es de unos 7 metros y medio, con lo que es fácil ver que no hay mucho margen para el error.

Además, las puertas hay que pasarlas a la altura e inclinación correctas, so pena de ser penalizado con 2 segundos por ir demasiado alto o directamente descalificado por ir demasiado bajo, y con otros dos segundos por no ir nivelado o con el ángulo de inclinación adecuado según sea el caso.

En el caso de tocar una de las puertas con el avión el piloto recibe una penalización de 6 segundos, aunque si los jueces estiman que ha sido consecuencia de una maniobra excesivamente peligrosa pueden decidir descalificarlo.

Igualmente, sobrepasar los 12g en cualquier maniobra es motivo de descalificación directa.

Todo bajo control

Todo esto se controla mediante una serie de cámaras que filman el recorrido de los aviones mientras hacen su recorrido por el circuito y también gracias a un sofisticado sistema de telemetría que permite que en la torre de control los jueces reciban todos los parámetros del avión en vuelo.

Sala de los jueces
Equipos de telemetría

Desde la torre de control se gestionan también las comunicaciones de las aproximadamente 400 personas que forman parte del equipo que viaja de ciudad en ciudad con la carrera, la megafonía y las imágenes que se muestran en las pantallas gigantes de vídeo, las operaciones en el agua en caso de que la carrera se celebre sobre esta, la coordinación con las autoridades locales, y, obviamente, todo el tráfico aéreo en la zona del circuito y el desarrollo de la propia carrera y las autorizaciones a cada piloto para entrar en este, momento en el que recibe la orden smoke on que ya se ha convertido en el eslogan de la carrera.

Torre RBAR
La torre viajera

Muchos de los equipos que se usan han tenido que ser diseñados especialmente para la RBAR, en especial el que gestiona todos los datos que se reciben de los aviones y que permite a los jueces además imponer las penalizaciones a las que haya lugar en tiempo real, que además está conectado a la megafonía de tal modo que cuando un piloto comete una infracción de las normas o cuando es descalificado se oye por esta una alarma que así lo indica.

Sólo los más rápidos

Aunque hay quince pilotos en el campeonato de este año, en cada carrera solo participan doce.

Diez de ellos salen directamente de dos mangas de clasificación que se celebran el día antes de la carrera, mientras que los cinco más lentos son los que en el día de la carrera participan en la prueba denominada Wild Card, la primera del día, en la que los dos más rápidos se unen a los diez ya clasificados para conformar los doce participantes mencionados, los Top 12.

De estos doce los ocho más rápidos pasan a la siguiente fase, Super 8, y de estos ocho los cuatro más rápidos forman el Final 4, del que sale el ganador de la carrera. El ganador recibe 12 puntos para la clasificación general, el segundo 11, y así sucesivamente. Desde este año, además, el que queda primero en las rondas de calificación gana un punto extra.

Las normas del campeonato indican que si por cualquier motivo hubiera que suspender la carrera en un momento dado el ganador sería el más rápido de la última manga completada hasta el momento de la suspensión.

Las norman especifican también hasta cuatro tandas de entrenamiento los días anteriores al día en que se vuelan las mangas de calificación, de las que es obligatorio participar en al menos dos. Aunque en Oporto, debido a una meteo inusualmente mala esos días no fue posible volar, al final la organización consiguió meter un entrenamiento el sábado por la mañana antes de empezar con las calificaciones.

El orden en el que vuelan los pilotos viene determinado por sus tiempos en cada una de las fases, saliendo siempre en primer lugar los más lentos.

Los pilotos, por cierto, han de obtener la Red Bull Air Race Super License en el Red Bull Air Race Qualification Cmap para poder participar en la RBAR.

Un gran montaje

Como espectáculo, la carrera es impresionante, no sólo por las rápidas y continuas maniobras que han de realizar los pilotos para conseguir terminar su circuito en el menor tiempo posible, sino porque, al menos en Oporto, la carrera se celebra literalmente dentro la ciudad y el público puede estar muy cerca, pues el Duero tiene entre unos 250 y unos 350 metros de ancho en la zona en la que se realiza la prueba.

Aviones, pilones, gente...
Aviones, pilones, gente...

Además, creo que el tipo de maniobras que se hacen en la RBAR son muchísimo más fáciles de apreciar por el público en general que la acrobacia tradicional, pues aunque no tenga mucha idea de lo que es meterle 12g a una maniobra se da cuenta perfectamente de lo difícil que es realizar los virajes a la velocidad que pasan los aviones, mientras que para un profano es imposible apreciar la correcta ejecución de una maniobra acrobática a menos que esta salga rematadamente mal (y aún así).

Por otra parte, una pareja de locutores se encarga de ir explicando todo lo que pasa en el día de la calificación y en el día de la carrera para que el público no se pierda, y comenzando una hora antes de las sesiones de la RBAR, y también en los interludios, diversos medios aéreos hacen sus pequeñas demostraciones según el país y la disponibilidad.

Así, en Oporto pudimos ver desde un Stearman hasta un par de F-16 de la Fuerza Aérea Portuguesa pasando por un A-310 de SATA que realizó una pasada a baja altura y velocidad con todo fuera que probablemente fue la mayor sorpresa de estos dos días, junto con el bonito DC-3 de Breitling, por citar solo algunos.

La sorpresa de SATA
El hermano mayor: La sorpresa de SATA

Por cierto que se rumorea que en Barcelona, durante la Festa al Cel, un A320 de Spanair, probablemente el EC-IPI con los nuevos colores de la compañía, podría realizar una pasada similar junto con un Super Constellation, lo que sin duda sería un espectáculo memorable.

Lo que parece claro es que la fórmula funciona, porque en el día de la carrera Oporto y Gaia estaban a reventar con unas 720.000 personas siguiéndola desde las orillas del río y las empinadas calles de ambas ciudades, así como desde los balcones, jardines, y cualquier otra superficie imaginable.

Para spotters

A la hora de intentar hacer fotos de esta carrera, el sitio adecuado es Vila Nova de Gaia, la ciudad que está en el margen izquierdo del Duero, ya que desde Oporto se dispara a contraluz prácticamente todo el día.

Esto quiere decir que i bien hay que conseguir un hotel el Gaia o madrugar mucho para cruzar, ya desde muy temprano se corta al tráfico el puente de Luiz I, aunque el metro sigue funcionando.

Aún a pesar de toda la gente que atrae la carrera, hay muchos sitios desde la que poder fotografiarla, pero de nuevo es recomendable coger sitio pronto para evitar tener que andar esquivando cabezas.

Patrulla Breitling
La Patrulla Breitling también realizó una exhibición entre mangas. Aqui vemos un cruce entre dos de sus aviones.

Yo estuve haciendo fotos desde el área habilitada por la organización a tal efecto justo en la orilla del río y después en un local que está en una primera planta y que había cerrado Seat, también a la orilla del río, y aunque estuve probando con un 70-200, obtuve mejores resultados con un 100-400 en una Canon EOS 40D (factor de recorte 1,6×).

Eso sí, en lugar de fijar una apertura de f/8 como suelo hacer habitualmente y después de haber tirado algunas fotos de prueba, estuve todo el día tirando en prioridad de obturador a 1/500 ó 1/650 de segundo (o de 1/400 para los helicópteros) y jugando con el ISO para que la abertura no bajara de f/8 o así.

También, dada la velocidad con la que se mueven los aviones en la carrera, opté por disparar mucho en ráfagas cortas haciendo barridos más que por intentar captar el momento justo, algo de lo que al menos yo no me sentía capaz, y a verdad es que, aunque esté mal decirlo, quedé bastante satisfecho de los resultados, en especial teniendo en cuenta que era la primera vez que fotografiaba una carrera como esta.

¿La conclusión? Que ya me tarda en llegar la carrera de Barcelona, a la que también tengo previsto acudir gracias a Red Bull.

También tuve, por cierto, la increíble oportunidad de realizar un «media flight» en un Extra 300L con Sergio Plá, el coordinador de aviación de la Red Bull Air Race, en el que llegó a meternos 7g en un viraje, algo que ya contaré en más detalle cuando tenga montado el vídeo con el material que me han dado.

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