Por Nacho Palou — 20 de diciembre de 2016

Anthony Toth ha dedicado los últimos 30 años en perfeccionar su réplica de la cabina de primera clase de un Boeing 747-200 de 1970 de la compañía aérea Pan Am. Y los ha pasado obsesionado con cada pequeño detalle, desde la decoración de las paredes a los paquetes de cacahuetes. Toth obtuvo todas las piezas de los cementerios de aviones en el desierto de Mojave, y ha invertido en en la réplica unos 150.000 dólares.

El baño de la réplica está completo y procede de un 747 jubilado, aunque no funciona, «algo que tengo que recordar a mis amigos cuando vienen de visita». Toth recreó algunos partes del mobiliario: los asientos y mesas y los cristales que separan algunas zonas, cosas que ya no se ve en ningún avión.

En 2013 Toth amplió la réplica hasta parte de la clase business, hasta donde Toth pudo llegar antes de quedarse sin dinero. Confía, sin embargo, que algún día podrá derribar el tabique donde termina su réplica y continuar construyendo el resto de la cabina.

A través de Pan Am Experience es posible contratar y revivir abordo de la réplica de Toth una experiencia «bastante exacta» de cómo era la vida a bordo de los 747 de Pan Am en los años de 1970 — eso sí, por un precio parecido al de un billete para volvar en un avión «de verdad».

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