pregunta de Luis Trillares (México D.F.)
En el Atlántico Norte, cada día, en función de los vientos y condiciones meteorológicas, se establecen una serie de aerovías llamadas «tracks » (pista, carril, camino...) que discurren más o menos en paralelo con sus ejes separados entre sí al menos 60 millas (110 km) Cada una viene definida por una serie de coordenadas geográficas: la mitad de estos caminos son hacia el Este y la otra mitad al Oeste. Sus puntos iniciales y finales suelen estar frente a las costas británicas y de Irlanda en el lado europeo, y entre el norte de Nueva York y Terranova en el americano. Pero llegar a estas rutas puede ser más largo/caro que cruzar libremente el Atlántico. A partir de unos puntos de referencia las aerolíneas pueden diseñar también sus propia rutas basadas en el sobrevuelo de determinadas posiciones geográficas.
Durante el vuelo, ya sea en los tracks o en sus rutas propias, dado que no existe cobertura radar, la tripulación va reportando el paso por cada punto definido con su estimada de llegada al siguiente. Estas comunicaciones se efectúan mediante HF hacia los centros de control de Santa María (Azores), Shanwick (Prestwick, Reino unido) o Gander (Canadá) aunque en ocasiones se contacta con otros centros dependiendo de la situación atmosférica y la propagación de las ondas de radio. Al mismo tiempo, se emiten informaciones en caso de turbulencia u otros fenómenos como aviso a otros aviones en la zona.