Durante un vuelo civil de Chicago a Narita (Japón) un sargento del ejército norteamericano observó una pérdida de combustible en una de las alas poco después del despegue. Cuando estuvo seguro de que había visto, avisó a una de las azafatas de lo que estaba sucediendo, pero no le hicieron demasiado caso. Entonces decidió grabar en vídeo cómo escapaba poco a poco el combustible del ala.
Fue entonces cuando el sargento se identificó y aseguró que debían avisar al comandante antes de salir del continente rumbo a Japón porque igual no eran capaces de llegar ni de volver. El responsable de la aeronave se acercó a ver qué sucedía y confirmaron que estaban perdiendo algo así como unos 2.000 kilos de combustible por hora. Desviaron el vuelo a San Francisco, donde aterrizó sin problemas. Confirmaron posteriormente que si no hubiera sido por el aviso tal vez no hubieran llegado nunca a Japón.
Al día siguiente salieron en otro vuelo y como agradecimiento los pasaron a primera clase.
(Vía Air Force Link.)