A los chicos de Flite Test se les da bien eso del reciclaje, así que con una silla de Ikea te hacen un avión. Tan solo hacen falta unos planos adecuados (conseguidos reciclando una pieza de cartón gigante), algunas barras de fibra y un motor para propulsarlo.
Como se ve de forma rápida y aproximada en el vídeo todo se corta «más o menos a medida» (me parece a mi que lo debían tener ensayado) a base de cúter. Finalmente se une todo con una pistola pegamento rápido, incluyendo el estabilizador vertical y los alerones. Se puede montar todo en menos de seis horas.
El montaje se completa con unas ruedas en las patas. El aspecto del sillaplano recuerda un poco a las primeras máquinas voladoras de Leonardo o a las de los Hermanos Wright, la verdad. Las tomas del vídeo son bastante buenas y resultonas (grabadas también desde el aire con un dron auxiliar) y el ingenio volador resulta tener una capacidad de maniobra y resistir en el aire mucho más de lo que cabría esperar de una silla de Ikea.
Aquí todos saldremos como ganadores si conseguimos que este trasto aterrice.
Ahí lo dejo, para no hacer spoiler.
Este peculiar equipo de inventores tiene una completa tienda donde se pueden conseguir todo tipo de componentes para artilugios voladores: Flite Test Store.