Por @Wicho — 29 de septiembre de 2010

Ayer, mientras aterrizaba en el G-BNLS, un Boeing 747-400 de British Airways, en Londres en medio de una respetable capa de nubes, pude comprobar como a ratos se dejaba de ver el ala de avión, y ya no me refiero al extremo del ala, sino incluso a la parte más cercana al fuselaje.

Y mientras pensaba en sistemas ILS y esas cosas, caí en la cuenta de que no sólo estaba viendo las nubes desde dentro, sino que también estaba viendo uno de los efectos extra de la sustentación que producen las alas.

Esta, además de permitir volar al avión, provoca, en las condiciones adecuadas de humedad y temperatura del aire, la creación de una neblina mas o menos densa, tal y como se aprecia perfectamente en este vídeo:

Sólo que, como decía, dentro de las nubes y desde dentro del avión, el efecto es aún más espectacular.

(El vídeo es de Jordi Blumberg, AKA GatwickSpotting, y lo había visto hace ya días en Landing Short).

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