La respuesta corta es no; tan siquiera tiene que haber siempre dos personas en la cabina. Al menos por ahora.
Tanto la normativa de la EASA, la Agencia Europea de Seguridad Aérea, que se aplica en Europa, como la de la FAA, que se aplica en los Estados Unidos, dicen que los miembros de la tripulación técnica, los pilotos para entendernos, tienen que estar en la cabina durante el despegue y el aterrizaje y el vuelo de crucero…
A menos que necesiten ausentarse por causas operativas, necesidades fisiológicas, o para descansar.
Las normativas especifican, eso sí, que siempre debe quedar al menos un tripulante cualificado para pilotar el avión en la cabina.
Pero no obligan a que haya dos personas en la cabina en todo momento; otra cosa es que los procedimientos de cada aerolínea, como sucede con algunas, así lo especifiquen.
Este no era el caso con Germanwings, por ejemplo, con lo que el hecho de que el comandante del vuelo 9525 dejara la cabina al alcanzar la altitud de crucero del vuelo se ajusta a procecimientos, aunque es probable que en las próximas semanas veamos como la normativa de la EASA cambia para obligar a que siempre haya al menos dos personas en la cabina.
Y un problema añadido del vuelo 9525 de Germanwings es que el comandante fue incapaz de volver a entrar en la cabina tras haber salido.
Con posterioridad a los atentados del 11S se implantó una normativa que obliga al uso de puertas blindadas y cerradas desde dentro para la cabina de los pilotos.
En el caso de los aviones de la familia del Airbus A320 funciona como se ve en el vídeo de arriba.
El procedimiento estándar para entrar es que la persona que quiere hacerlo avisa a los tripulantes y luego marca un código en un teclado. Esto hace sonar un aviso dentro de la cabina y el comandante o el primer oficial han de accionar entonces una palanca que permite la entrada a la persona en cuestión.
Si por lo que sea los dos resultan incapacitados, hay un código de emergencia que permite acceder a la cabina sin que sea necesario accionar esa palanca, aunque ese código hace sonar también una alarma en la cabina.
Pero si los tripulantes consideran que hay algo extraño tienen la opción de denegar la entrada a la cabina, bloqueando la puerta durante cinco minutos, bloqueo que manda sobre cualquiera de los códigos.
Lo que no sabemos, ya que no se ha hecho pública la información acerca de si se oyen las alarmas pertinentes, es si el comandante del vuelo 9525 intentó usar el código para volver a entrar en la cabina o no ni si el copiloto la bloqueó o no; lo más que se ha dicho es que se oye como el comandante golpea la puerta, algo que dista mucho de ser el procedimiento estándar para entrar.
Así que, una vez más, aunque todo apunta a que el copiloto puede haber causado deliberadamente el accidente, como sostiene el fiscal encargado del caso, necesitamos más datos para poder saber a ciencia cierta qué pasó en ese avión durante los aproximadamente diez minutos que pasaron desde que el comandante salió de la cabina hasta que se estrelló contra los Alpes.