Este vídeo-homenaje titulado simplemente Apollo es además de bonito un perfecto ejemplo del efecto paralaje, una técnica para simular «profundidad 3D» a partir de imágenes planas 2D convencionales, en lo que se conoce popularmente como Efecto 2,5D.
La técnica consiste básicamente en modificar la velocidad de movimiento de los objetos más cercanos y más lejanos para simular profundidad; técnicamente es lo que se conoce como desviación angular de la posición aparente de un objeto. En la vida real es el efecto que se puede apreciar al mirar primero con un ojo y después con el otro: las escenas son ligeramente diferentes y si giramos la cabeza los objetos cercanos se mueven más «rápido» que los lejanos. Separando unos objetos de otros en una escena se puede engañar al cerebro, que cree ver profundidad donde no la hay.
En este caso Chris Coupland ha utilizado las imágenes oficiales del Programa Apolo de la NASA, recortándolas meticulosamente con Photoshop, para animarlas después con After Effects. Añadiendo algunas texturas, efectos visuales y sonidos se crea una sensación tridimensional y de transición «diferente» entre unas escenas y otras.