El Símbolo Internacional de Accesibilidad (SIA), creado originalmente por la diseñadora danesa Susanne Koefoed en 1968 y que representa a una persona en silla de ruedas, se utiliza (y se reconoce) en todo el mundo con diferentes propósitos: desde identificar plazas de aparcamiento reservadas hasta señalizar baños públicos o indicar el botón que abre una puerta automática.
Según Wikipedia “es un diseño universal orientado a evitar la necesidad de varios símbolos en productos e instalaciones accesibles.”
Pero hay quien opina que ese símbolo necesita una puesta al día. En Atlas Obscura, The Controversial Process of Redesigning the Wheelchair Symbol,
A partir de 2009 la investigadora de estudios de diseño y discapacidad Sara Hendren comenzó a documentar en su blog las variaciones de ese icono que encontraba por todo Estados Unidos: en los baños del MoMA en Nueva York, por ejemplo, o en los grandes almacenes Marshalls en Cambridge, Massachusetts. Eran iconos sutilmente diferentes. En la versión de los almacenes Marshalls se habían añadido líneas de velocidad para transmitir movimiento, y en otras variaciones también se buscaba representar a una persona discapacitada pero en movimiento.
Esa observación llevó a Brian Glenney a iniciar junto con Sara Hendren el Accessible Icon Project. La iniciativa comenzó como un adhesivo de color naranja y transparente de una persona en silla de ruedas: “La figura de la silla de ruedas se muestra dinámica; con el torso desplazado hacia delante y el contorno de dos ruedas que sugieren movimiento, impulsándose hacia algún lugar desconocido.”
Desde entonces el símbolo (que es de uso libre) se ha adoptado en numerosos lugares de todo el mundo, en organismos oficiales, instituciones y en ciudades enteras, caso de Toronto y otras urbes canadienses.
El nuevo icono incluso tiene su propio espacio en el MoMA: “A diferencia del icono anterior, en el que el usuario de la silla de ruedas se muestra pasivo esperando a que alguien le empuje, el nuevo icono muestra a una persona en movimiento y dirigiéndose hacia su propio destino.”
Tampoco faltan las opiniones en contra del nuevo icono por cuestiones como que limita su representación a aquellos que pueden impulsarse por sí mismos o que “parece decir que la independencia es algo tiene que ver con el cuerpo y no es así.”
A pesar de esos y otros rechazos (también de organismos de normalización y homologación) “Glenney y Hendren se congratulan porque su icono ha facilitado discusiones que de otra manera nunca habrían tenido lugar, y según ellos ahí está el éxito de su proyecto.”
Imágenes: Accessible Icon Project.