Por @Alvy — 13 de marzo de 2018

Great Big Story nos acerca en este vídeo al trabajo de François Junod, un artesano cuyo estudio en Suiza es una auténtica maravilla digna de admirar, de la que surgen autómatas –precursores de los actuales robots– tal y como se fabricaban hace siglos.

Son esculturas animadas, son poesía, son magia. A diferencia de los robots, los autómatas tienen un objetivo estético, no funcional.

– François Junod

Dice Junod que su artesanía es una combinación de varias artes: desde la escultura a la mecánica digna de relojero, al meticuloso diseño de los movimientos animados e incluso de las cajas. Cualquier historia sobre autómatas de este tipo es sencillamente fascinante, como habrá experimentado quien que haya leído La invención de Hugo Cabret (o visto la película, que también es excelente). Estos ingenios existen desde el antiguo Egipto, pero se popularizaron a finales del siglo XVIII y perduraron hasta bien entrado el siglo XX, cuando fueron reemplazados poco a poco por tecnología más moderna.

Algunos de los autómatas creados por Junod han requerido tres años de trabajo. El resultado es sencillamente asombroso cuando se examinan en detalle, algo que puede hacerse en su página web en la que hay diversos vídeos de ellos en movimiento. Es como para perderse allí y no dejar de soñar.

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