Por Nacho Palou — 12 de febrero de 2016

Doors, entre lo real y lo virtual, es una ejercicio que juega con la percepción y la perspectiva para que quien abre la puerta y mira al otro lado de ella perciba que está echando un vistazo a un mundo virtual, tridimensional.

La puerta es en realidad una pantalla gigante que, provisto de un detector de rostros y sensores de movimientos es capaz de determinar dónde se sitúa y hacia dónde está mirando el observador; en función de ello modifica en tiempo real la imagen, construyendo una realidad virtual que tiene coherencia con la posición y punto de vista del observador situado en el lado real.

Cualquier movimiento del observador en el mundo real provoca un cambio instantáneo en el mundo virtual.

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La idea es la misma que la utilizada por la app i3D que conseguía un efecto 3D en la pantalla del móvil sin necesidad de usar gafas ni nada parecido.

Lo que hacía i3D (2011) era utilizar la cámara frontal del móvil para determinar desde dónde se está mirando la pantalla y en función de ese dato cambiar la perspectiva en tiempo real, consiguiendo ese efecto tridimensional.

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