Hay dos lecciones a aprender de lo que cuenta este vídeo de Cheddar: la primera es que los caminos de la usabilidad y el «deseo» son muchas veces inexcrutables, y que la gente muchas veces acaba prefiriendo algo por razones que no se han contemplado previamente (véase Los caminos sobre el césped de Berkeley). La otra es que en el caso de los planos del Metro esto es un tema universal: el vídeo describe lo sucedido con los planos del Metro de Nueva York en las últimas décadas, pero en otras ciudades sucede lo mismo. En Madrid, sin ir más lejos, tuvimos la «guerra» entre el plano geográfico frente al plano esquemático.
El caso es que para el Metro de Nueva York Massimo Vignelli diseño un plano allá por 1972 completamente esquemático: líneas rectas (horizontales, verticales y diagonales de 45°), curvas suaves, distancias ajustadas artificialmente… Un icono de la modernidad, el minimalismo, la limpieza y la claridad que de hecho ha llegado a estar expuesto en el MOMA y ser calificado como «una de las maravillas gráficas del siglo XX». Estaba basado en el diseño de Henry Beck de 1933 para el Metro de Londres (que también inspiró el de otras ciudades).
El plano geográfico del Metro de Nueva York
Pero los neoyorquinos lo odiaban, como suele suceder con los planos esquemáticos: las estaciones no corresponden con sus ubicaciones reales sobre un mapa «de verdad», las distancias no se respetan, no está claro dónde empiezan y acaban los barrios… Incluso el hecho de espaciar las paradas coloca a algunas obviamente en el lugar equivocado. Tan fue así que en 1979 hubo que rediseñarlo de nuevo y es el que se ha mantenido hasta ahora.
En el plano geográfico las distancias se corresponden, aparecen los barrios y otras zonas importantes (Staten Island, parques, edificios emblemáticos, etcétera) con su forma real. La gente sabe dónde está y cuánto tardará en llegar a los sitios, ya sea en metro o andando. Pero incluso cuando se utilizó software de reconocimiento visual y tracking para analizar cómo la gente mira los planos los diseños como los de Beck y Vignelli seguían resultando «mejores»: se ve más información, está más clara… Pero pese a ello a la gente –en general– siguen sin gustarles.
En el vídeo es Concetta Bencivenga, la directora del Museo del Metro de Nueva York, quien deja claro cómo resolver el asunto. ¿Cuál es el mejor plano? El mejor plano es el que usa la gente. Punto y final. A veces hay demasiados factores a tener en cuenta, factores incluso invisibles, que hacen que por mucho que intentemos valorar y racionalizar algo no acierte con lo que realmente resulta útil a la gente.
Bonus – sobre el tema del diseño y los «caminos del deseo», este otro vídeo de Cheddar también está muy bien: How Footpaths Help Shape Our Technology.
Actualización – Gracias a PedroG por el recordatorio sobre la diferencia entre plano y mapa (esquema, pequeño / escala realista, grande) con la que siempre me lío al hablar de los planos del metro. Ya está corregido.