Los holoramas de Jeff Desom son una auténtica obra de arte, una combinación de maquetas creadas con infinito detalle y escenas de películas de cine que se proyectan en una caja tridimensional mediante un truco óptico de espejos.
El resultado, como puede verse, es un tanto fantasmagórico y precioso: la maqueta –copiada y pintada meticulosamente– aporta el realismo del escenario; los personajes semitransparentes son los originales que todos hemos visto alguna vez. Entre sus obras: Twin Peaks, El gran Lebowski, E.T., Jasón y los Argonautas…
Los holoramas no son una «novedad» preciosamente: en el siglo XIX se llamaban teatros ópticos; los inventó Émile Reynaud en en 1888. Pueden mostrar películas de dibujos animados o personajes reales; en el caso de las versiones modernas de Desom se trabaja con las escenas de películas en alta resolución en el ordenador para extraer de ellas texturas y simular un efecto 3D durante la proyección.
Es difícil imaginar el tiempo que puede requerir la creación de cada holorama; los resultados se pueden ver en exposiciones que van circulando de unas ciudades a otras.
(Vía Core77.)